jueves, 19 de febrero de 2009

BIOGRAFIA

Martín de Porras Velásquez (O.P.) (*Lima, 9 de diciembre de 1579 – † 3 de noviembre de 1639) es un santo peruano de la orden de los dominicos. Fue el primer santo negro de América y es patrón universal de la paz. Conocido también como "el Santo de la escoba" por ser representado con una escoba en la mano como símbolo de su humildad.
Martín fue hijo de un español de la Orden de Alcántara, Don Juan de Porres (según algunos documentos, el apellido original fue Porras)natural de la ciudad de Burgos, y de una negra liberta, Ana Velázquez, natural de Panamá que residía en Lima.
Su padre, debido a su pobreza, no podía casarse con una mujer de su condición, lo que no impidió su amancebamiento con Ana Velásquez. Fruto de esta relación nacieron Martín y dos años después Juana. Martín de Porres fue bautizado el 9 de diciembre de 1579 en la Iglesia de San Sebastián en Lima. El documento bautismal revela que su padre no lo reconoció, pues por ser caballero laico y soltero de una Orden Militar estaba obligado a guardar la continencia de estado.
Hacia 1586, Juan de Porres decidió llevarse a sus dos hijos a Guayaquil con sus parientes. Sin embargo, los parientes sólo aceptaron a Juana quien no había heredado la tez morena de su madre, y Martín de Porres hubo de regresar a Lima, donde fue puesto bajo el cuidado de doña Isabel García Michel en el arrabal de Malambo, en la parte baja del barrio de San Lázaro, habitado por negros y otros grupos raciales. En 1591 recibió el sacramento de la Confirmación de manos del arzobispo Santo Toribio de Mogrovejo.
Martín inició su aprendizaje de boticario en la casa de Mateo Pastor, quien se casaría con la hija de su tutora. Esta experiencia sería clave para Martín, conocido luego como gran herbolario y curador de enfermos, puesto que los boticarios hacían curaciones menores y administraban remedios para los casos comunes. También fue aprendiz de barbero, oficio que conllevaba conocimientos de cirugía menor.
La proximidad del convento dominico de Nuestra Señora del Rosario y su claustro conventual ejercieron una atracción sobre él. Sin embargo, entrar allí no cambiaría su situación social y el trato que recibiría por ser mulato y bastardo: no podía ser fraile de misa e incluso le prohibieron ser hermano lego.

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